¿CONOCES AL HUMO QUIRÚRGICO?

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Las normas de seguridad y salud que se deben dar en nuestros hospitales van cambiando poco a poco. Ya es impensable que en un hospital no existan una serie de medidas para la prevención de las lesiones causadas por instrumentos cortantes y punzantes. Se van introduciendo de manera progresiva dispositivos como las agujas con protección que nos facilitan nuestra actividad.

Para los que desarrollamos nuestra actividad profesional en un quirófano, la utilización de sistemas electroquirúgicos como son los bisturís eléctricos o sistemas de energía que se utilizan en las cirugías laparoscópicas forman parte de nuestra rutina, y con ellos también el humo que producen.

El humo quirúrgico está compuesto por partículas grandes y pequeñas. Las pequeñas se producen como consecuencia de la evaporación uniforme de líquidos y contienen sodio, potasio, magnesio, calcio y hierro.
Las partículas grandes resultan de la explosión y fragmentación del tejido y contienen oxígeno y carbono.
Aquellas que tienen entre 0.5 y 5mm de tamaño, se consideran que son lesivas para los pulmones porque penetran de forma más profunda en los tejidos. Se han realizado estudios y experimentos de laboratorios en los que se ha comprobado la incidencia, la relación con algunas enfermedades y la proporción que existe en función del tiempo de exposición.

Espero que de aquí a unos años, la utilización de los terminales de bisturí eléctrico preparados para aspirar el humo que se genera durante una cirugía se utilicen de forma obligatoria en todos los hospitales y que se realicen protocolos de prevención que nos beneficien a todos.

Sobre todo… por la parte que me toca.

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